Investigadores médicos australianos han encontrado que mediante la desactivación de una proteína, MCL-1, que se encuentra en las células del linfoma, pueden detener el crecimiento de cáncer e incluso suprimirlo por completo. El estudio efectuado en el Instituto Walter y Eliza Hall de Melbourne, dirigido por la bióloga Gemma Kelly, de la División de Genética Molecular del Cáncer, abre el camino para el desarrollo de nuevos fármacos para el tratamiento no sólo del linfoma, sino también de otros tipos de cánceres de la sangre, como la leucemia, y el cáncer de pulmón.
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